La idea de que alquilar una propiedad, de la cual eres dueño, es una forma sencilla de obtener ingresos adicionales puede ser engañosa.
En realidad, convertirse en arrendador es muy similar a iniciar un pequeño negocio.
Te encontrarás tratando con clientes, gestionando la contabilidad de tus ingresos y trabajando constantemente para mantener tus propiedades en buen estado.
Si estás considerando expandir tu cartera de inversiones en bienes raíces y convertirte en arrendador, es importante entender las tres principales responsabilidades que conlleva esta actividad y explorar cómo puedes gestionar tus propiedades, ya sea de forma independiente o con la ayuda de profesionales.
Los 3 pilares que tienes que tomar en cuenta
Emprender en la renta de tus propiedades consta de 3 sencillos pilares de administración:
- Propiedades
- Inquilinos
- Finanzas
La ventaja de estos tres pilares es que puedes administrarlos como mejor te convenga. Ser dueño de tu propia casa o departamento no es la única ventaja que tienes.
La elección de quién o quienes alquilen tus propiedades también está en tu poder. Las dificultades comienzan en las finanzas, el cómo las administras y las futuras reinversiones que hagas.
Por lo que es normal preguntarse ¿es mejor saber administrarse uno mismo o pido ayuda a profesionales de la materia?
No cometas este error al alquilar tu propiedad
La decisión entre administrar tu propiedad de alquiler por tu cuenta o trabajar con una compañía de administración de propiedades depende de tus circunstancias personales y preferencias.
Aquí te presento algunas consideraciones:
En última instancia, la decisión de administrar tu propiedad por tu cuenta o trabajar con una compañía de administración dependerá de tus preferencias personales, tus habilidades y tu disposición para invertir tiempo y esfuerzo en la gestión de tu propiedad.
Es importante considerar todas las opciones y elegir la que mejor se adapte a tus necesidades y objetivos como propietario de una propiedad de alquiler.
Administrar por tu cuenta
Ahorro de costos: Hacerlo por ti mismo puede ahorrarte dinero en honorarios de administración.
Control total: Tienes el control total sobre todas las decisiones y acciones relacionadas con tu propiedad.
Involucración activa: Requiere una dedicación considerable de tiempo y esfuerzo para gestionar todas las responsabilidades de arrendador.
Aprendizaje necesario: Deberás aprender sobre leyes de arrendamiento, mantenimiento de propiedades, contabilidad, entre otros aspectos.
Trabajar con una compañía de administración
Ahorro de tiempo: La compañía se encargará de la mayoría, si no de todas, las responsabilidades relacionadas con la propiedad, liberándote tiempo.
Profesionalismo: Puedes beneficiarte de la experiencia y el conocimiento de profesionales en administración de propiedades.
Menos estrés: La compañía se encargará de manejar problemas y emergencias, reduciendo tu carga de estrés.
Costos adicionales: Tendrás que pagar honorarios de administración a la compañía, lo que reducirá tus ganancias netas.
Menor control: Pierdes parte del control directo sobre tu propiedad y tus inquilinos.
Subcontratar partes específicas del trabajo:
- Flexibilidad: Puedes elegir subcontratar solo las áreas en las que necesitas ayuda mientras mantienes el control sobre otras áreas.
- Adaptabilidad: Puedes ajustar tus elecciones de subcontratación según tus necesidades y recursos en un momento dado.
- Coordinación necesaria: Debes asegurarte de que las diferentes partes involucradas en la gestión de tu propiedad trabajen en conjunto de manera efectiva.
¿Qué decisión tomar?
En última instancia, la decisión de administrar tu propiedad por tu cuenta o trabajar con una compañía de administración dependerá de tus preferencias personales, tus habilidades y tu disposición para invertir tiempo y esfuerzo en la gestión de tu propiedad.
Es importante considerar todas las opciones y elegir la que mejor se adapte a tus necesidades y objetivos como propietario de una propiedad de alquiler.